NUEVAS MADERAS PARA GUITARRAS DESDE EL CORAZÓN DE HONDURAS

Madinter, socio de la Plataforma Madera Justa, amplía su catálogo maderero con tres nuevas especies tropicales: Cumbillo, Rosita y Paleto provenientes de Honduras. La cooperativa hondureña Coatlahl es la encargada de la extracción de la madera y de su procesamiento en la población de La Ceiba, cercano al Parque Natural Pico Bonito.

Maderas densas, con colores que varían desde el tono amarillo del Cumbillo hasta el marrón chocolate de la Rosita, que muestran vetas rojizas, rosas, o verdes y con dibujos espectaculares. Estas son las tres especies menos conocidas que llegan a Madinter desde el corazón de Honduras, gracias a su trabajo con la Fundación Copade, la Plataforma Madera Justa y la  cooperativa hondureña Coatlahl, con la que Copade lleva trabajando desde 1998 en diferentes proyectos de desarrollo comercial.

Esta cooperativa fundada en 1977, está actualmente formada por más de 10 grupos en los que conviven más de 180 cooperativistas, de los cuales, muchos viven con sus familias dentro de los bosques. El resto, habita en las poblaciones colindantes a los mismos, y todos tienen su principal fuente de ingresos en la gestión forestal sostenible de 19.500 hectáreas de bosque tropical. Coatlahl fue pionera en la certificación forestal, obteniendo la certificación FSC en 1996, posteriormente, han ido adquiriendo mayores compromisos, entre ellos con el Comercio Justo.

Por ello, Coatlahl está en proceso de certificación Madera Justa, sello de Comercio Justo para el sector forestal, garantizando así la gestión forestal sostenible y los principios del Comercio Justo, como el pago de salarios justos, equidad de género, no trabajo infantil, condiciones laborales seguras….

Madinter asegura que ofrece a sus clientes productos con un alto valor añadido, de ahí su asociación con instituciones sociales y cooperativas que lo garantizan, que va desde la alta calidad de la madera, a la gestión sostenible del bosque tropical, pasando por las buenas condiciones laborales, sociales y económicas de las que disfrutan los productores forestales hondureños y de otras partes del mundo donde trabajan la madera.